8 de septiembre de 2007

DOS QUE QUIEREN VOLVER A SER

La belga Justine Henin y la rusa Svetlana Kuznetsova, dos raquetas que en su día reinaron en Nueva York, regresan al último tramo del torneo, a la final del Abierto de Estados Unidos, para recuperar la corona que antaño les perteneció y que el año pasado encumbró a Maria Sharapova.

La lucha por el cetro del último Grand Slam del curso se advierte desigual. La número uno, la belga, asume la cita con una nutrida experiencia, asentada en la cima del ránking WTA y con una apabullante ventaja respecto a su rival en los duelos particulares previos.

Henin acumula seis títulos mayores después de haber disputado diez finales, en medio de un palmarés rebosado por treinta y cinco éxitos. Y se ha impuesto a su adversaria en catorce de los dieciséis enfrentamientos. Una distancia abismal para una raqueta que ha superado todos y cada uno de los obstáculos a los que le ha sometido un cuadro exigente en el torneo.

La jugadora de Lieja, finalista el pasado año en Nueva York cuando cayó con Sharapova, ha sido la ejecutora de las aspiraciones locales. Eliminó, consecutivamente, a las hermanas Williams, esperanzas americanas. A Serena en cuartos de final. A Venus en semifinales. Además, Henin ha superado a las rusas Dinara Safina, decimoquinta cabeza de serie y a la preclasificada Ekaterina Makarova.

En segunda ronda salió del paso de la búlgara Tvetana Pironkova y antes de la alemana Julia Goerges. Kuznetsova no logra superar la barrera de la cima. Está siempre un escalón por debajo de las dominadoras del circuito. A la sombra de Henin o de la francesa Amelie Mauresmo o de su compatriota Maria Sharapova. Tiene cuesta abajo la orientación de los precedentes.

Sólo ha ganado a su rival en una de las dieciséis ocasiones en las que han coincidido. Pero el aliento le llega al contemplar el más reciente. Del que salió ganadora. Fue en las semifinales del Abierto de Berlín, sobre tierra este año. Logró su segundo triunfo sobre Henin. El traslado de Kuznetsova a la final ha sido un camino menos tortuosos que el de su adversaria en la final. En semifinales ganó a su compatriota Anna Chakvetadze, que nunca estuvo tan cerca de un Grand Slam.

Antes, superó a la joven húngara Agnes Szavay, revelación del torneo y a otra prometedora tenista, la bielorrusa Viktoria Azarenka, verdugo de la suiza Martina Hingis. Kuznetsova también terminó con la española Anabel Medina y con la francesa Camile Pin después de superar a la checa Klara Zakopalova en primera ronda

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