La ex niña prodigio del tenis, la estadounidense Jennifer Capriati, reconoció al diario ’New York Daily News’, que la imposibilidad de jugar por las lesiones la llevó a una profunda depresión, que motivó que varias veces pensara en suicidarse.
Ahora tratada médicamente, señaló sus avances sobre el mal momento vivido: "El suicido no es una solución, aún tengo los medios para seguir adelante y hallar el camino correcto"
En la nota, que difundió ’Mundo Deportivo’ de España, se expresa además que Capriati es el paradigma del fenómeno de las ’niñas prodigio’ en el tenis. A los 13 años debutó en el campo profesional, llegando a una final contra la argentina Gabriela Sabatini en el WTA de Boca Ratón.
Ahora tratada médicamente, señaló sus avances sobre el mal momento vivido: "El suicido no es una solución, aún tengo los medios para seguir adelante y hallar el camino correcto"
En la nota, que difundió ’Mundo Deportivo’ de España, se expresa además que Capriati es el paradigma del fenómeno de las ’niñas prodigio’ en el tenis. A los 13 años debutó en el campo profesional, llegando a una final contra la argentina Gabriela Sabatini en el WTA de Boca Ratón.
Los organismos del tenis, deseosos de explotar a la nueva maravilla, hicieron trampa para permitir ese temprano estreno. Adecuaron la norma del límite de los 14 años a sus intereses: interpretaron que Jenny podía ingresar al circuito porque durante ese mismo 1990 celebraría su cumpleaños.
Agrega la publicación que esos mismos responsables del tenis femenino actuaron a la inversa cuando presenciaron el hundimiento de la impactante campeona olímpica de Barcelona’92.
Capriati aparecía demacrada en la ficha policial de su detención, debido a posesión de marihuana. Sus dos acompañantes portaban heroína y crack. Era mayo de 2004, y el escándalo se unía a un episodio menor, aunque revelador de su crisis, cuando hurtó una "baratija" de US$ 15.
A los 18 años era una muñeca rota. Derrotada en la primera ronda del US Open de 1993, sólo disputó un encuentro en 1994 y estuvo inactiva en 1995. Volvió a intentarlo en febrero de 1996, con ánimos renovados, y alcanzó el Nº1 mundial, tras ganar dos Open de Australia y un Roland Garros.
Instalada en la elite, una lesión en uno de sus hombros frenó su trayectoria, al perder con la rusa Vera Zvonareva, por 6-0 y 6-1, en Philadelphia, en noviembre de 2004. Desde entonces, llegó el vacío. Le dijo adiós al tenis profesional, sufrió una gran depresión y ahora juega su partido más importante: el de la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario